7 Ahora vuélvete y vete en paz, y así no harás nada malo a los ojos de
los tiranos de los filisteos.»
8 David dijo a Akís: «¿Qué he hecho yo y qué has hallado en tu
siervo, desde el día en que me puse a tu servicio hasta hoy, para
que no
pueda ir a luchar contigo contra los enemigos del rey, mi señor?»
9 Respondió Akís a David: «Bien sabes que me eres grato como un
ángel de Dios; pero los tiranos filisteos han dicho: “No bajará al combate
con nosotros.”
10 Levántate, pues, de mañana, con los servidores de tu señor que han
venido contigo e id al sitio que os he asignado. No guardes resentimiento en
tu corazón, porque me eres grato. Levantaos de mañana y partid en cuanto
sea de día.»
11 David y sus hombres se levantaron temprano para partir por la
mañana y volverse a la tierra de los filisteos. Los filisteos por
su parte
subieron a Yizreel.